viernes, 5 de octubre de 2007

Participar es Derechos Humanos


Está en el discurso de muchos venezolanos, el tema de la reforma del currículo educativo; es más actualmente muchos docentes se encuentran recibiendo formación relacionada a esa materia. Palabras van, palabras vienen, muchas opiniones encontradas; sin embargo, existe coincidencia en algo, de que tanto la estructura burocrática educativa, como el currículo utilizado para la transmisión de conocimiento a las generaciones de relevo deben ser revisados. En todo este asunto de dialéctica permanente, es sensato pensar que la discusión no se puede quedar estancada en el plano político; es muy importante en este momento alzar la voz para decir que: Ninguno de los sectores que se encuentran en pro o están en contra de la reforma curricular, ha propuesto apegarse a los principios de participación establecidos en la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente y esto se ve básicamente en el contenido del artículo 55 de esta Ley, que establece el “Derecho a Participar en el Proceso de Educación: Todos los niños y adolescentes tienen el derecho a ser informados y a participar activamente en su proceso educativo. El mismo derecho tienen los padres, representantes o responsables en relación al proceso educativo de los niños y adolescentes que se encuentren bajo su patria potestad, representación o responsabilidad. El Estado debe promover el ejercicio de este derecho, entre otras formas, brindando información y formación apropiada sobre la materia a los niños y adolescentes, así como a sus padres, representantes o responsables.”
Entiéndase que, tanto los alumnos y alumnas como los padres y representantes tienen el derecho de ser informados y consultados, sobre todo cambio, modificación, implantación o cualquier cosa que implique alterar el proceso educativo y por eso nace el deber en estos últimos de reclamar tal derecho. No puede darse cambio alguno al sistema de enseñanza, ni al currículo educativo de nuestro país sin antes haberse cumplido con lo establecido en el artículo supra mencionado, de lo contrario puede ser objeto de un Recurso de Amparo Constitucional, considerando que el Derecho amenazado en este caso, deviene de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, que por disposición del artículo 23 de nuestra Carta Magna tienen jerarquía constitucional, sin dejar de mencionar, que se está poniendo en riesgo el disfrute del Derecho Constitucional al libre desarrollo de la personalidad establecido en el artículo 20 de la misma. Por lo tanto, que este espacio sirva de alerta para que la Defensoría del Pueblo, se pronuncie sobre este concepto y se garanticen los Derechos consagrados en los artículos 80 (Derecho a opinar y ser oído) y 81 (Derecho a participar) de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente. Entiendo que por cuestiones de tiempo y de querer ver nuestros proyectos prosperar nos olvidamos de que estamos construyendo una Democracia Participativa y Protagónica.
Abg. Leonardo Rodríguez Angola.

1 comentario:

Sol Toro dijo...

Amigo Leonardo.
Buen día!.

¡Es tan complejo lo que planteas!.
Lamentablemente desde casi ocho años para acá, todo, absolutamente todo, pasa por el tamiz de lo político. No obstante te hago unas reflexiones: En mi concepto el problema no es sólo olvidar o no unos artículos de una ley u otra o de la propia carta magna. El problema radica para mí en la propia constitución genética del venezolano, pareciera que tuviéramos esa información cromosómica en nuestros genes. La norma, la ley es asumida siempre y cuando se ajuste a mi, de otra forma es para otros, no para mí. Nosotros, los venezolanos, no hemos sido educados para el respeto a la ley, a la norma, no entendemos lo importante que es el seguimiento de instrucciones. Si no hemos "aprehendido" esto, ¿no crees que es más difícil aún, aceptar que los participantes y actores de un hecho tan importante y trascendente como es la educación participen y digan sus expectativas y den sus aportes?. Te pongo un ejemplo reciente. La reforma constitucional, ¿qué participación es más necesaria y trascendente que la de decir la ley suprema de la república? Y, ¿quién participa? ¿Se respetan los intereses? ¿Se escucha a todas las distintas tendencias involucradas? ¿El bien común, el bienestar, las necesidades de los implicados, los derechos ciudadanos universales, el debido procedimiento, es lo fundamental?. No lo sé amigo, pero todo apunta a que no. Hasta que no entendamos y aprehendamos que la única forma de formar una democracia participa y democrática es cumplir con mis deberes y aceptar, con todo lo que esto implica, que mis iguales tienen derechos, hasta que no aprehendamos en lo más profundo de nuestro ser, que la norma y la ley es la única forma de garantizar la mayor suma de felicidad posible a las mayorías, hasta que no aprehendamos que la única forma de avanzar en democracia participativa y protagónica es educarnos para la compasión, para el respeto al otro, para la pluralidad, para la comprensión, para el cumplimiento de mi deber, no sólo obviaremos los artículos y no los cumpliremos sino que nos alejaremos más del verdadero sentido del ciudadano.

Un abrazo doctor, cuídese mucho que como nosotros pocos.